San Sebastian / Donostia

Una maravilla nuestra escapada a San Sebastian / Donostia y los alrededores. Ha sido un viaje pasado por agua pero muy autentico. Siempre había oído hablar maravillas de esas tierras y la verdad que no decepcionan. El mar bravo, los bosques tan verdes cerca del mar, los pueblitos pintorescos, los acantilados, las tapas...
Iniciamos nuestra travesía por Donostia en el Monte Igeldo, un sitio decadente y lleno de encanto que parece haberse quedado estancado en el tiempo. Supongo que en verano cambiará la cosa pero en el mes de noviembre estaban todas las casetas del parque de atracciones cerradas y eso aumentaba su encanto, ofeciéndonos un panorama inquietante y fantasmal del parque, además de las bonitas vistas de toda la ciudad. Muy recomendable!
Ya en tierra plana visitamos las esculturas de Chillida, Los Peines del Viento. Parecía un Fotocol donde a modo de procesión posan los turistas, pero son tan bonitas que merece la pena esperar un poco para hacerte la típica foto. Corrimos por la playa hasta llegar a la parte vieja donde puedes perderte por las callejuelas intercalando paradas en bares para degustar las típicas tapas. Mucho cuidado porque suelen clavar, son súper caras. Una parada obligatoria para comer las tortillas de el Bar Juantxo, demás de que están buenísimas, es un sitio con mucho encanto y está my bien de precio.
Con la tripa llena lo mejor es pasear para bajar la comida o tomarse un helado por el precioso paseo del muelle lleno de casitas de pescadores y bordear el Monte Urgell.

Un verano diferente en el sitio de siempre

Fantásticos los días en familia que he pasado, un año más, en Campello. Es increíble que después de casi 20 años veraneando en el mismo sitio aun queden rincones que no conozco. Gracias a mis pedazo de hermanos he descubierto recovecos mágicos, pueblitos blancos al lado de playas de piedras, islas y túneles en acantilados que visitar en canoa, he descubierto como se ve la costa desde el mar, sobre un barco y en buena compañía y he comido comida italiana de verdad.

Una de las cosas bonitas que ofrece este pueblito mediterráneo, son los paseos nocturnos por el paseo marítimo. Si queréis comer el pescado más fresco y los arroces más sabrosos podéis visitar La Fonda al final del paseo de postre los mejores crepes con chocolate que hace a mano cada día la abuela Françoisse. Para refrescar la boca los mejores helados están muy cerca, en la Heladería Mira, tiene mil sabores y todos artesanales. Si lo que os apetece es trasladaros a nuestro país vecino acercaros al Amanecer donde encontrareis las tradicionales quichés ( probar la cebolla) y el mejor monsieur croissant que puedes degustar en la terracota frente al mar y escuchando buena música.

Paris je t'aime

Hace 3 años viví en Paris 10 meses y puedo decir que es una cuidad mágica. Cuando vuelvo repito los mismo sitios que me gustaban entonces y siempre encuentro algo nuevo. Aquí os dejo un mapa-guia diferente para perderse por callejuelas con encanto y hacer cosas que no aparecen en las guías turísticas.